Técnicamente, la metalización es un proceso de recubrimiento por medio de pulverización de metales, que puede aplicarse en cualquier material de base, sin que se requieran productos químicos, tanques de grandes dimensiones o equipos sofisticados o caros. Esta situación nos permite ofrecer mejores precios, así como recuperar partes de maquinaria en planta, lo que genera ahorros en tiempos de producción, mantenimiento y transporte.
La metalización no es similar a la soldadura o al electro-galvanizado, ya que se trata de un proceso de pulverización sin riesgo de deformación y sin afectar al material base; además de resultar más rápido que aquellos. En nuestros procesos de metalización contamos con una amplia gama de materiales metálicos y polvos cerámicos o con partículas de carburo de tungsteno.
La metalización no es un proceso nuevo, ya que ha sido utilizado en nuestro país, por diversas industrias, durante más de 50 años.